viernes, 15 de agosto de 2025

Orad, Hijos Míos, La Oración Es El Primer Misterio De Fe Que El Mal Ha Debilitado En El Mundo

Mensaje de la Santísima Virgen María, San Gabriel Arcángel y San Juan Apóstol al Grupo de Amor de la Santísima Trinidad en la Gruta «Santísima María del Puente» - Partinico, Palermo, Italia el 15 de agosto de 2025

María, Virgen Santísima

Hijos míos, soy la Inmaculada Concepción, soy la que dio a luz al Verbo, soy la Madre de Jesús y vuestra Madre, he bajado con gran poder junto con Mi Hijo Jesús y Dios Padre Todopoderoso, la Santísima Trinidad está aquí entre vosotros.

Paso entre vosotros, Mi Manto os toca, muchos corazones laten muy deprisa, fuertes escalofríos, algunos sentís una fuerte emoción, Mi perfume os envuelve a algunos, algunos sentís un peso en la cabeza, a algunos os tiemblan las piernas, confirmad, hijos Míos. Un día, no muy lejano, muchos de Mis hijos experimentarán todo esto, Mi presencia será vuestro refugio, vuestro consuelo, vuestra fuerza, Dios Padre Todopoderoso dará grandes señales en el mundo de Mi presencia que siempre acompaña a la Santísima Trinidad.

Hijos míos, el Cielo quiere hacer muchas revelaciones al mundo para ayudar a todos a volver a la fe. El mal siempre ha confundido la verdad desde el tiempo de los profetas, el tiempo de Mi Hijo Jesús, y continúa, pero queda poco tiempo porque Dios Padre Todopoderoso sacudirá el mundo para que las almas puedan hacer una elección. Orad, hijos Míos, la oración es el primer misterio de fe que el mal ha debilitado en el mundo. El mundo ha olvidado que todo pertenece a Dios Padre Todopoderoso , nada es imposible para Él.

Mi Asunción a los Cielos ha sido atestiguada desde su tiempo, todo ha sido puesto por escrito para que la Iglesia defendiera la verdad, pero esto no ha sucedido y la confusión ha prevalecido en el mundo, pero no temáis, hijos Míos, porque la verdad siempre triunfará. El Apóstol Juan, junto con Mi hija María Magdalena, fue testigo de Mi Asunción al Cielo y juntos lo escribieron todo. Un día tendréis la confirmación.

El Apóstol Juan hoy quiere describir lo que ocurrió. Hoy se os revelará la fecha exacta de Mi Asunción al Cielo. Será el Arcángel Gabriel quien lo revele. Desde el día en que me anunció que concebiría, siempre ha estado a Mi lado, junto con Mi Esposo en este mundo José, cuidaron de Mí por voluntad de Dios Padre Todopoderoso, José fue Asumido al Cielo con su cuerpo, nadie puede haceros estas revelaciones si no vienen del Cielo, todo lo que os diga será confirmado.

El Arcángel Gabriel está a punto de hablarte.

San Gabriel Arcángel

Hermanos y hermanas, soy el Arcángel Gabriel, Dios Padre de toda la humanidad me ha enviado, me ha confiado a María, me ha dado autoridad para protegerla desde la antigüedad, siempre he estado vigilante porque el mal siempre ha querido sembrar la injusticia contra María.

María es la Madre de toda la humanidad, es la Esposa del Espíritu Santo, el mundo no

porque ponen límites al poder del Espíritu Santo , la obra del Cielo no tiene

explicaciones humanas, por eso es necesaria la fe que se alimenta con la oración del corazón.

Hermanos y hermanas, el día en que María ascendió al Cielo en Cuerpo y Alma, hubo una gran celebración en el Paraíso, y en la tierra se alegraron todos los que habían creído en Ella, en Su pureza, en Su amor. Ese día fue el 18 de octubre, todo esto es desconocido para el mundo, pero Dios ha decidido que a través de esta comunidad sea revelado al mundo entero. No tengáis miedo, porque habrá signos que confirmarán todo esto. Persevera y difunde la palabra, porque el Cielo desea revelarte aún más.

San Juan Apóstol

Hermanos, hermanas, soy Juan el Apóstol de Cristo, hoy el Padre me ha enviado para revelaros una vez más el misterio de la Asunción de la Virgen María, Madre del Redentor, salvación de todo ser viviente.

Me honra dar testimonio de la grandeza de Dios. Algunos de Mis escritos han sido alterados para no transmitir lo que Dios quería. Aquel día, María Magdalena y yo estábamos reunidos en oración junto a María, el cielo estaba despejado y el sol calentaba nuestros cuerpos y nuestros corazones, de repente un fuerte viento nos envolvió, levanté los ojos al cielo y vi una llama amarilla que descendía sobre el cuerpo de María, su cuerpo estaba cubierto de una luz que nunca antes había visto, yo y María Magdalena comprendíamos lo que estaba sucediendo, la luz de la Virgen María cegaba nuestros ojos. María estaba cubierta de rosas amarillas, sus manos y sus pies eran como pétalos recién florecidos, de repente una nube suave se posó bajo sus pies, a su derecha y a su izquierda había huestes de ángeles cantando, huestes de ángeles tocando trompetas, huestes de ángeles glorificando Su nombre. María Magdalena y yo lloramos de alegría y nos abrazamos con fuerza, pues lo que estábamos viendo era la gracia de Dios.

María, Virgen Santísima

Muy pronto, Mi hija María Magdalena os contará también lo que vieron Sus ojos, dando Su testimonio. Ella, que siempre permaneció junto a Mi Hijo Jesús , permaneció junto a Mí de la misma manera hasta el día de Mi Asunción a los Cielos.

Hijos míos, los misterios del Cielo son poderosos y no todos creen, no todos comprenden, por eso Dios Padre Todopoderoso desea revelar todo lo que nunca ha sido revelado, porque el mundo se encuentra en una encrucijada y debe hacer una elección. Muchas cosas no han sido reveladas antes para no escandalizar a los débiles, que necesitan tener fe para creer y seguir la voluntad que viene del Cielo. Perseverad, hijos Míos, os espero aquí para la próxima misión. Rezad y fortaleceos sin dar espacio al mal que quiere debilitaros.

En Oliveto Citra habrá confirmaciones, signos tangibles que sólo verán los que tengan un corazón puro.

Os amo, os amo, os amo, la presencia de los Arcángeles es muy fuerte entre vosotros, Mi hijo Miguel, el Arcángel más poderoso del Cielo y de la Tierra, protege este lugar que tanto amo. Muchos vendrán aquí y el mundo hablará de esta cueva gracias a vuestra perseverancia.

Os amo, hijos Míos, ahora debo dejaros, os doy un beso y os bendigo a todos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Shalom. Paz, hijos Míos.

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